El pensamiento político de Nicolás Maquiavelo
Aunque Maquiavelo nunca lo dijo, se le atribuye la frase "el fin justifica los medios", ya que resume muchas de sus ideas.
Se considera a Maquiavelo como uno de los teóricos políticos más notables del Renacimiento, pues con su aporte se abre camino a la modernidad en su concepción política y a la reestructuración social.
Tradicionalmente,
se ha encontrado una aporía en el pensamiento maquiaveliano como
consecuencia de la difícil conciliación de sus dos obras principales,
los Discursos sobre la primera década de Tito Livio y El príncipe.

Maquiavelo
señala, y de aquí la calificación de bien organizada, que es primordial
que en dicha república se disponga de las instituciones necesarias para
canalizar el conflicto dentro de las mismas sin las cuales la república
se desarmaría. Ninguna de las otras formas de gobierno como la aristocracia, la tiranía, la democracia o la monarquía logran el equilibrio de los partidos dentro del régimen por lo que son inestables.
Los intérpretes proclives a las tesis republicanas han pretendido, desde Rousseau, conciliar la contradicción entre los Discursos y El príncipe considerando
que este último supone un ejercicio de ironía que sencillamente
desnudaba a la luz pública lo que eran las verdaderas prácticas del
poder.
Sin embargo, la oposición a la república que podría inferirse en El príncipe, debe tenerse en cuenta que cuando Maquiavelo lo escribe está escribiendo para mostrar a Lorenzo II de Médici como
debe desempeñarse si es que quiere unificar Italia y sacarla de la
crisis en la que se encuentra. Maquiavelo aclara también que puede
existir un hombre cuya virtud política (saber aprovechar los momentos de
fortuna y escapar de los desfavorables) supere a la república en
conjunto pero dicha virtud política morirá con el mortal que la posea,
cosa que no ocurriría en una república bien organizada.
Además
de esto, debe recordarse que el Príncipe presenta analogías con la
figura romana y republicana del dictador, investido de poderes absolutos
durante un breve período y teniendo que rendir cuentas posteriormente
ante la república. En este sentido, la contradicción entre los dos
textos principales de Maquiavelo no es tal. Si es así, entonces el
principado y la república deberían ser entendidos como formas de
gobierno subordinadas a la auténtica preocupación política de
Maquiavelo: la formación de un Estado moderno en la Italia de su tiempo.
Maquiavelo entiende que todo Príncipe debe
tener virtud y fortuna para subir al poder: virtud al tomar buenas
decisiones y fortuna al tratar de conquistar un territorio y encontrarse
con una situación (que no fue provocada por él mismo) que lo ayuda o
beneficie conquistar. Aquel príncipe que obtenga el poder mediante el
crimen y el maltrato, siendo éste vil y déspota; debe entender que una
vez subido al poder tiene que cambiar esa actitud hacia el pueblo.
Dándole liberio al pueblo, para ganarse el favor del mismo, ya que al
fin y al cabo estos serán los que decidan su futuro.

En
todo caso, distintos textos del pensador arrojan luces y sombras sobre
la coherencia interna de su obra. Así, el florentino llega a afirmar no
sin ironía que "desde hace un tiempo a esta parte, yo no digo nunca
lo que creo, ni creo nunca lo que digo, y si se me escapa alguna verdad
de vez en cuando, la escondo entre tantas mentiras, que es difícil
reconocerla” (carta a Francesco Guicciardini, mayo de 1521).
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