Sociales con Ismelda
lunes, 13 de julio de 2015
miércoles, 1 de julio de 2015
La Antigua Mesopotamia
La Mesopotamia antigua
es la región comprendida entre
los ríos Tigris y
Éufrates y que en la antigüedad fue la cuna de la
civilización.
Decir Mesopotamia significa decir un
crisol de culturas:
Sumerios,
Acadios,
Amorreos,
Babilonia,
Asiria,
Persia... y
dentro de cada cultura un sin fin de reyes, ciudades estado y guerras.
En la antigua Mesopotamia hubo gran
variedad de pueblos, pero se pueden dividir en dos grandes grupos: los
sedentarios y los nómadas. Las relaciones entre ambos grupos marcaron en gran
medida la historia de toda la región de la Mesopotamia.
Video general sobre la Antigua Mesopotamia
Mapa de Mesopotamia Antigua
Los Sumerios y Acadios desarrollaron su civilización en Mesopotamia ya durante
los milenios IV y III antes de Cristo. Siglos mas tarde el el imperio Asirio fue
uno de los mas fascinantes de la historia antigua, pero el apogeo de Mesopotamia
no se quedó tan solo en los imperios Asirio o Babilónico. Durante la época árabe
Mesopotamia fue sede del califato aunque a partir de entonces comenzó a decaer.
No solo los avances técnicos que desarrollaron los pueblos de
la Mesopotamia, como la rueda, las primeras ciudades, el aprovechamiento de
los
recursos naturales de Mesopotamia, las matemáticas o la
escritura etc, sino también la cultura de la Antigua Mesopotamia ha trascendido
e influenciado la actual cultura occidental europea. Estudiar la Antigua
Mesopotamia es estudiar el origen de nuestra forma de pensar y vivir.
Sumeria se puede considerar como la mas
antigua civilización del mundo. Probablemente la cultura sumeria comenzó a
forjarse en la ciudad de Uruk extendiéndose posteriormente por el resto de la
Baja Mesopotamia. En esta ciudad aparece la rueda en torno al 3500 a.C y la
escritura en torno al 3300 a.C. Este último acontecimiento marca la transición entre la
Prehistoria y la Historia.
El Imperio Acadio comienza gracias a las
conquistas de Sargón de Acad el Grande que fue el primer monarca capaz de
unificar la Antigua Mesopotamia.
Tras un periodo oscuro resurgieron los sumerios y tras ellos
las dinastías amorritas. No tardaría en comenzar el Imperio
Paleobabilónico, con la llegada al poder en Babilonia de
Hammurabi.
Tras un periodo marcado por las conquistas de los
Hititas,
la cultura Asiria se desarrolló en la región de la Antigua
Mesopotamia entre el 1800 y 600 a.J. Se les conoció por su capacidad guerrera y
su gran crueldad con el enemigo derrotado.
Babilonia termina derrotando a los Asirios y se desarrolla el
imperio Caldeo hasta que
Persia
con Ciro II el Grande conquista toda la Mesopotamia.
La Civilización Griega
Los egeos, como ya se ha visto, desarrollaron en el Mediterráneo oriental la primera gran civilización histórica europea. Los griegos, en la península helénica y en las islas y costas que antes poblaron aquéllos con sus gentes y sus obras, la segunda. Los protagonistas de esta nueva hazaña cultural no sólo heredaron de los egeos el ámbito geográfico para su vida histórica, sino también no pocos de sus muchos saberes, técnicas y obras. Pero, en este caso, los herederos así beneficiados no se limitaron a vivir de lo recibido; lo incrementaron de modo notable y alcanzaron, en todos los órdenes de la vida y el quehacer humanos, logros que sus antepasados no llegaron siquiera a vislumbrar.
En la
historia de los griegos advenidos al viejo ámbito de la civilización
egea, pueden distinguirse, por lo menos, cuatro períodos
característicos. El primero se extendería desde los orígenes hasta fines
del siglo IX a. de J. C., tiempos de formación y consolidación en el
nuevo hogar conquistado. El segundo, caracterizado por un vigoroso
proceso de expansión colonial, abarcaría desde fines del siglo IX a. de
J. C. hasta las postrimerías del VII; el tercero, entre los años 600 y
400 a. de J. C., marca una época de plenitud en el desarrollo de las
instituciones sociales, políticas y económicas helénicas, e incluso de
culminación en no pocos aspectos de las creaciones artísticas y
literarias.
Por
último, a partir del año 400, comienza la decadencia política de Grecia;
en la segunda mitad del siglo IV a. de J. C., las ciudades-Estado
helénicas pierden su independencia ante el imperialismo macedónico que
acaudilla Alejandro Magno, y dos centurias más tarde son absorbidas por
la expansión imperial de Roma. La investigación científica y filosófica,
la literatura y otros aspectos culturales helénicos no decayeron al
mismo tiempo que se desquiciaban y caían las instituciones y formas
políticas tradicionales.
HISTORIA DE GRECIA ANTIGUA
El Origen de la Civilización Griega
Cuando las primeras estirpes indoeuropeas de habla griega llegaron a la Hélade, hacia el último tercio del tercer milenio a. de J. C., encontraron las pequeñas llanuras fértiles del Este de la península ocupadas por agricultores de cultura neolítica que, dedicados al cultivo de la tierra y a la cría de algunas especies domésticas, sobre todo de cabras, residían allí desde el cuarto milenio a. de J. C.
Cuando las primeras estirpes indoeuropeas de habla griega llegaron a la Hélade, hacia el último tercio del tercer milenio a. de J. C., encontraron las pequeñas llanuras fértiles del Este de la península ocupadas por agricultores de cultura neolítica que, dedicados al cultivo de la tierra y a la cría de algunas especies domésticas, sobre todo de cabras, residían allí desde el cuarto milenio a. de J. C.
Respecto
al probable origen de esos pueblos, la total independencia que su
patrimonio cultural manifiesta con relación al Neolítico cretense, así
como la falta de yacimientos similares en las islas del mar Egeo y en
las costas del Adriático, señalan que habían entrado por el Norte y que
estaban, por lo tanto, vinculados a] Neolítico europeo.
Pelasgos y
Carios. Las tradiciones helénicas recuerdan a los hombres neolíticos
con la denominación de pelasgos, e incluso en ciertas regiones, como el
Ática y la Arcadia, quizá para fundamentar un pretendido autoctonismo,
se los consideraba antepasados de los griegos, atribuyéndoseles también
el haber civilizado parte de Italia.
Además, la
arqueología moderna ha señalado, en Tesalia meridional, la existencia
de comunidades no ya neolíticas, sino eneolíticas. Se trata, sin lugar a
dudas, de aquellos pueblos a los que las tradiciones helénicas
denominaron carios y lélegos, llegados seguramente por vía marítima
desde las costas de Asia Menor, pues su patrimonio lingüístico cultural
es de claro origen anatólico.
Asimismo,
un poco más al Norte, en Tesalia septentrional, se han encontrado
recientemente yacimientos arqueológicos, también eneolíticos, pero
pertenecientes a hombres que por múltiples aspectos de su cultura, no
pueden identificarse con los pobladores eneolíticos de Tesalia
meridional. Dichos yacimientos —cuya antigüedad puede datar de los
comienzos del primer tercio del tercer milenio a. de J. C.—
constituirían, según hoy se piensa, el testimonio de una especie de
avanzada de los pueblos indoeuropeos.
Quienes
construyeron esas tumbas y fabricaron tal cerámica serían, pues, los
legítimos antepasados de los griegos y no aquellos a los que la
tradición llamó pelasgos, carios y lélegos, pertenecientes a grupos
lingüístico-culturales muy distantes del indoeuropeo.
Los
Aqueos. A través de estas poblaciones, englobadas con la denominación de
prehelénicas, comenzaron a abrirse paso los primeros invasores
indoeuropeos históricamente identíficables, los aqueos. Acabaron
estableciéndose en lugares fáciles de defender, y allí construyeron sus
castillos fortificados y sus tumbas reales.
Tales
reductos les sirvieron, al propio tiempo, para vigilar a los pobladores
de las tierras circundantes, de cuyo trabajo supieron hacer una fuente
estable de recursos, sea exigiéndoles tributos en especies, o bien
obligándoles a cultivar sus tierras y apacentar sus rebaños. A cambio
tal vez les ofrecieran la protección de las murallas exteriores de los
palacios, en caso de peligro.
El
panorama de un número relativamente pequeño de indoeuropeos que vivían
del trabajo de la gran población preexistente justificaría la
supervivencia de instituciones, técnicas, tradiciones, cultos
—especialmente agrarios—, nombres de lugares, etc., que no son
indoeuropeos ni cretenses, sino prehelénicos como también explicaría,
entre otros factores, el cambio físico existente entre los héroes de
Hornero y los griegos históricos.
Pero ello
no es suficiente para explicar el comienzo de la brillante civilización
que los aqueos llegaron a poner de manifiesto hacia el año 1400 a. de J.
C. en las grandes construcciones palaciegas de Micenas y Tirinto.
De Creta,
con la que los aqueos se pusieron en contacto mediante varias
expediciones bélicas, provinieron aportes fundamentales que integrarían
el patrimonio cultural micénico, por obra de los mismos aqueos, o a
través de los cientos de esclavos, artesanos, técnicos y artistas
procedentes de la gran isla mediterránea.
No hay que
pensar por ello que los aqueos fueron meros repetidores de lo hecho por
los minoicos; por el contrario, en todos los órdenes, más o menos
marcadamente, quedó impreso el sello de su vigorosa personalidad, del
espíritu guerrero e individualista, tan característico de los
indoeuropeos. Ello se advierte sobre todo en la estructura
político-social que impusieron en sus dominios. Jamás llegaron a
constituir un gran reino unificado, sino una serie de pequeños reinos o
principados independientes, dirigidos por reyes que vivían rodeados por
sus compañeros de armas, los secuaces, quienes constituían una especie
de aristocracia de sangre. En ellos recayeron seguramente el ejercicio
de la administración, y en especial las funciones militares.
Si,
eventualmente, estos pequeños reinos llegaron a unirse para realizar
guerras como la de Troya (hacia los siglos XIV-XIII), lo efectuaron así
en esos casos porque ninguno se sentía con fuerzas para llevar a buen
término una tarea vital como la de abrir el acceso a los estrechos del
mar de Mármara.
Los
aqueos, una vez dueños del Egeo, se transformaron lentamente, de
conquistadores o piratas, en comerciantes, e incluso en industriales,
pues en torno de sus palacios se comenzó a industrializar los productos
agrícola-ganaderos. Así, se tejió lana, se fabricaron ánforas para
envasar la miel y el vino, y, además, se multiplicaron paulatinamente
los talleres de donde salían armas de bronce, joyas de oro y plata,
etcétera.
Buena
parte de esa riqueza fue empleada en construcciones, tanto privadas como
públicas, aspecto en el que los aqueos se mostraron realmente
originales. Sus tumbas de pozo, y posteriormente sus tumbas de cámara y
de cúpula, demuestran que, si en materia religiosa habían adoptado
parcialmente los cultos agrarios prehelénicos y ciertas divinidades
cretenses, en cambio mantendrían una estricta originalidad en el culto a
los muertos, como en lo que respecta a construcciones civiles, ya que
estabilizaron definitivamente el megarón, del que más tarde habría de
derivar la planta del templo griego.
Otro tanto
ocurrió con la pintura, pues, aunque los artistas que pintaron los
frescos en los palacios micénicos fueran cretenses, o discípulos fieles a
la técnica de sus maestros, los aqueos les impusieron su gusto por
temas en los que predominaban el valor, la fuerza y la destreza en el
manejo de las armas. En dicho aspecto se pone de manifiesto el mismo
espíritu que los impulsó a construir las grandes murallas ciclópeas,
cuyas ruinas habrían de admirar los griegos de la época clásica.
Los
Dorios. Las inscripciones micénicas confirman las medidas defensivas que
entre los años 1200 y 1100 a. de J. C. se adoptaron en los reinos
aqueos, algunos de los cuales organizaron un complejo sistema de
guarniciones y vigilancia, basado en los secuaces del príncipe, a
disposición de los cuales se hallaban los carros de guerra.
Pero todas
estas precauciones y la desesperada resistencia atestiguada por las
murallas arrasadas y los edificios destruidos por el incendio que siguió
al saqueo, fueron inútiles ante la inexorable presión de nuevos
invasores, también indoeuropeos, pero provistos de armas de hierro: los
dorios. Éstos se fueron abriendo un camino de destrucción y muerte a
través de la Argólida, Laconia y Mesenia, pasando luego a Creta, Rodas,
Cos y Cnido, mientras que, posteriormente, otros grupos se instalaron en
Locrida, Fócida, Etolia y Acarnania.
Aquellos
aqueos que no sucumbieron en defensa de sus reinos o que no lograron
resistir en regiones de fácil defensa, emigraron a las costas de Asia
Menor, donde fueron muy bien recibidos, e iniciaron allí el proceso de
engrandecimiento de una de las regiones más fecundas, desde el punto de
vista cultural, del mundo griego: Jonia.
Las Antillas Mayores y Menores
Las Antillas Mayores o
Grandes Antillas
Son un grupo de islas en el mar Caribe localizadas al este de
Yucatán (México) y sureste de la Florida (Estados Unidos) y al oeste de las
Antillas Menores o Pequeñas Antillas. El grupo está compuesto por las islas de
Cuba, Jamaica, La Española (que incluye a República Dominicana y Haití), Y
Puerto Rico . Las Bahamas, si bien vecinas, no integran esta unidad geográfica.
Las Grandes Antillas
descansan sobre un macizo submarino común y están atravesadas por una cadena
abrupta y elevada de montañas, cuyos picos más altos oscilan entre 2.000 y
3.000 metros que culminan en la República Dominicana (en el Pico Duarte con
3.087 m) y declina, a ambos lados, en Cuba, Jamaica y Puerto Rico. Esas
montañas están compuestas de piedra caliza, con afloramiento de otras rocas,
todas ellas mucho más antiguas que las de origen eruptivo de las Pequeñas
Antillas y sin huellas de actividad volcánica reciente. Las Bahamas, por el
contrario, son islas de origen coralino. Antiguamente a las Bahamas ni siquiera
se las consideraba como parte de las Antillas, aunque en la actualidad está
difundido su englobamiento como un tercer grupo dentro de las mismas (Grandes
Antillas, Pequeñas Antillas y las Bahamas).
Algunos de Los
Recursos Minerales que podemos encontrar en las Antillas Mayores son: Bauxita,
Oro, Cobre, Bronce, Hierro, Plata, Mármol; entre otros.
División político
administrativa
Las grandes Antillas
están no divididas desde el punto de vista administrativo en 5 países
independientes.
Las Antillas Menores o
Pequeñas Antillas
Es el grupo de islas en el mar Caribe formado por las
Antillas de menor tamaño, que forman un arco insular al sudeste de las Antillas
Mayores o Grandes Antillas, que va desde el este de Puerto Rico hasta la costa
occidental de Venezuela.
Las islas son parte de
un largo arco de islas volcánicas, la mayoría de los cuales se encuentra
alrededor de la parte oriental del mar Caribe en el límite oeste con el océano
Atlántico, y algunas de las cuales se encuentran en una franja sureste de ese
mismo mar, justo al norte de América del Sur. Las Antillas Menores más o menos
coinciden con el borde exterior de la Placa del Caribe, y muchas de las islas
se formaron como resultado de la subducción, cuando una o más placas del
Atlántico se deslizaron por debajo de la placa del Caribe.
Políticamente las
Pequeñas Antillas se dividen en 8 países insulares independientes, Territorios
Británicos de Ultramar, departamentos de ultramar de Francia, colectividades de
ultramar de Francia, países autónomos del Reino de los Países Bajos, Municipios
especiales del Reino de los Países Bajos, Área insular de Estados Unidos, y entidades federales de Venezuela.
Las lenguas
principales por orden de importancia en las Antillas Menores son el inglés, el
francés, el español, el papiamento y el neerlandés.
División
Político-Administrativa
Políticamente las
Pequeñas Antillas se dividen en 8 países insulares independientes, 3
Territorios Británicos de Ultramar, 2 departamentos de ultramar de Francia, 2
colectividades de ultramar de Francia, 3 paises autonómos del Reino de los
Países Bajos, 3 Municipios especiales del Reino de los País.
Países que la componen
Países
Antigua y Barbuda, Barbados, Dominica, Granada, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas Santa Lucía, Trinidad y Tobago
Cristobal Colón y el descubrimiento de América
Cristobal Colón y el descubrimiento de América
Uno de los hechos históricos más importantes en la historia de la humanidad: fue el descubrimiento de América y si bien en una entrada anterior ya os hablamos de cómo se produjo la conquista de América. A continuación, os contamos todo sobre Cristobal Colón y el descubrimiento de América en este artículo especial.
El descubrimiento de América:
Pintura que recrea el desembarco de Colón en Guanahani
Cada 12 de Octubre, se conmemora el Descubrimiento de América, realizado por Cristóbal Colón en el año 1492. Con él se abre uno de los más complejos capítulos de la historia universal. Involucra a la naciente sociedad moderna europea y sus viajes de exploración, a las civilizaciones originarias de América, y el inicio de un imperio colonial que duraría siglos. Y -en medio de todo esto- un navegante con un proyecto arriesgado y un destino que nadie hubiera previsto: el Descubrimiento de un Nuevo Continente.
Este
descubrimiento cambió el curso de la historia, y aunque resulta difícil
pensar o saber qué hubiera pasado si Colón hubiera seguido otra ruta,
parece claro que el descubrir América supuso gran riqueza para Europa, aunque pocos o ninguno fueron los beneficios para los que por aquel entonces poblaban aquellas tierras.
Al margen de la conquista de los territorios de América, cabe añadir que la llegada de europeos supuso además un colapso demográfico de la población indígena,
debido principalmente a los genocidios indiscriminados, o la llegada de
enfermedades epidémicas ante las que los indígenas carecían de defensas
biológicas.
Contexto histórico del descubrimiento de América:
Mapa del Primer Viaje de Colón
Antes de hablar del este importantísimo personaje histórico es necesario aclarar algo que muchas veces es pasado por alto. Los expedicionarios que viajaron con Cristóbal Colón no fueron los primeros europeos en llegar a América. Varios siglos antes los marinos vikingos habían navegado las costas de América del Norte. Sin embargo, para el siglo XV ya habían desaparecido sus asentamientos.
El siglo XV fue una época de difíciles pero paulatinos avances en la exploración del mundo, motivados por encontrar rutas comerciales alternativas para llegar a las Indias.
De
hecho podemos decir que provocaodo por las crecientes dificultades del
Imperio Bizantino, que finalmente caería con la toma por los turcos de Constantinopla en 1453, los europeos occidentales se vieron forzados a buscar rutas alternativas a Asia.
Fruto de estas expediciones fue la conquista castellana de las islas Canarias, que comenzó en 1402 por la isla de Lanzarote y concluyó en 1496 con la conquista de Tenerife.
En este contexto, Cristóbal Colón, presentó a la corona de Portugal un proyecto para llegar a las Indias desde el Oeste.
Los portugueses le rechazaron, debido a que sus navegantes estaban logrando importantes avances en sus viajes por la costa de África. Una ruta más confiable que una navegación atravesando el desconocido e inhóspito océano. Su proyecto era una verdadera aventura sin ningún tipo de garantías.
Fue entonces, con el rechazo de los portugues que Cristóbal Colón, que había estado a las órdenes del rey de Portugal, ofrece a los Reyes Católicos el proyecto de llegar a las Indias siguiendo una ruta hacia el oeste en lugar de bordeando todo el continente africano. Para poner en práctica su proyecto, Colón partía de la idea de la esfericidad de la Tierra,
cuestión controvertida en la época. Finalmente, por las Capitulaciones
de Santa Fe, los Reyes Católicos acordaron con Colón el inicio de la
expedición.
La expedición de Colón:
Las tres carabelas de Colón
Como los Reyes Católicos estaban en desventaja respecto de los portugueses en la competencia por llegar a las Indias. Así es como los Reinos de Castilla y Aragón deciden apoyar el proyecto de Cristóbal Colon. Sin embargo, su concreción se demoró siete años porque, hasta 1492, su principal objetivo fue expulsar a los musulmanes de la península.
En abril de 1492, los Reyes Isabel y Fernando firmaron junto a Colón un acuerdo, las Capitulaciones de Santa Fe. En ellas se establecía que Colón recibiría el Almirantazgo perpetuo, el Virreinato y la Gobernación de todas las tierras que descubriese y –además- la décima parte de las riquezas halladas.
Todo estuvo listo y, el 3 de Agosto de 1492, Colón partió del Puerto de Palos con tres embarcaciones. Pasados más de dos meses de navegación, avistaron tierra. Creyeron haber llegado a las Indias Orientales, pero en realidad se habían topado con un continente desconocido, América, aunque no serían conscientes de ello por un buen tiempo.
La Corona Española no obtuvo las especias de las Indias. Pero en su lugar consiguió algo mucho más importante: la oportunidad de construir un gran Imperio. En posteriores expediciones de conquista, los reyes Católicos vieron satisfechas sus objetivos. Los metales preciosos americanos y la explotación de la fuerza de trabajo de los aborígenes enriquecieron a España, y se incorporaron a la economía europea, contribuyendo a su transformación.
Naturaleza de las Ciencias Sociales
Naturaleza de las Ciencias Sociales
Las ciencias sociales agrupan a todas
las disciplinas científicas cuyo objeto de estudio está vinculado a las
actividades y el comportamiento de los seres humanos. Las ciencias sociales,
por lo tanto, analizan las manifestaciones de la sociedad, tanto materiales
como simbólicas.
Por eso la interacción social está regida por diversas reglas y normas supuestas; las ciencias naturales, en cambio, trabajan con objetos fácticos y utilizan el método científico con mayor rigurosidad. Las ciencias sociales, en general, no pueden postular leyes universales.
La ciencia es el conocimiento cierto de
las cosas. En el caso de las ciencias sociales este conocimiento está dado por
diferentes o varias disciplinas, como la geografía, la historia, la sociología,
la antropología, el derecho, la economía y las ciencias políticas.
Estas
disciplinas nos intentan dar explicaciones sobre los problemas del hombre en
sociedad y lo hacen desde una perspectiva teórico- práctica, utilizando
conceptos y métodos propios.
El conjunto de estas disciplinas nos
ayudan a entender el objeto de estudio de las ciencias sociales, que es la
realidad social. Esta está constituida por diferentes aspectos de una comunidad
humana organizada en una época y tiempo determinado.
Las ciencias sociales pueden dividirse
en aquellas dedicadas al estudio de la evolución de las sociedades arqueología,
historia, demografía, la interacción social economía, sociología,
antropología) o el sistema cognitivo psicología, lingüística.
También puede
hablarse de las ciencias sociales aplicadas derecho, pedagogía y de otras
ciencias sociales agrupadas en el genérico grupo de las humanidades ciencias
políticas, filosofía, semiología, ciencias de la comunicación.
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